lunes, 23 de julio de 2007

El otro caos

La continuación de un mismo fenómeno a lo largo de cierta cantidad de tiempo, genera que el ser humano se acostumbre a ese fenómeno (sea cual sea).


Hoy ya es costumbre demorarse varios minutos por la superpoblación de vehículos, escuchar las tan improductivas como molestas bocinas, ver a la gente maltratarse sin mucha lógica. En una palabra ya es costumbre vivir caóticamente.


Pero algo que es nuevo para sumarle al caos es lo que hoy (20/07) se vivió.


Ya a la mañana cuando salí para la facultad me pareció percibir una situación extraña. Caminando por Avenida Independencia, por mi oreja izquierda oigo pasar un viento a gran velocidad. El mismo, fuera de control, choca contra la nuca de un señor que iba paseando delante mío. Instantáneamente ocurre algo extraño, el señor dice: “Feliz día, te quiero. Vi.” Opté por tomarlo como loco, y seguí camino a mi destino.


Al salir de la facultad, y caminar un par de cuadras empecé a asumir la nueva situación. Varios hechos me la confirmaron: Una señora que decía (para vaya a saber quien) “Igualment, yo tmb”(Textual), un chico al que luego de decir “Grax” se le transformaba la cabeza quedándole de un color amarillo y con unos labios negros que sonreían fijamente (por un instante);

Un rayo de sol terminó por hacerme entender la situación. Fue un instante, en el aire, en las alturas se iluminó todo:
Vi calles en el cielo, semáforos, piquetes, y muchos vehículos llegando tarde a su destino. Vi a algunos suicidas intentando tomar atajos, la mayoría de ellos chocando con obstáculos (lo que producía los extraños hechos mencionados).

Caos en el cielo (tanto como en la tierra). Empalagosas letras insultándose entre si, detonantes a extravagantes sonidos superpoblando el aire. Y dentro de ese “celestial” caos, pude observar un detalle: la marca de vehículos “ Feliz día” es un monopolio.

Hablando en serio, lo que con los mensajes de texto ocurre en fechas especiales (20/07, 24/12, 31/12), los residentes de la Ciudad de Buenos Aires lo viven diariamente. Pero, como decía en el comienzo: lo diario es costumbre. La noticia es que los mensajes de texto tuvieron demoras por el mediocre día del amigo.

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