jueves, 25 de octubre de 2007

Cómo un sol(dado)

El sol como principal enemigo. ¿Cómo enfrentarlo?

Si uno la juega de valiente, pierde. Porque va a confrontarlo, y se expone a la demencia de sus rayos. Uno insulta, usa la mano como carnada, pero el sol sigue ahí. Constante, molesto, penetrante. No parece ser esa la táctica mas efectiva para enfrentar al sol.

La otra es esperarlo. Una actitud menos heroica, pero mas inteligente. Esconderse debajo de algo que en ese momento este confrontándolo por uno. Pero aun así.. aun así el sol encuentra la manera de molestar, de inmiscuirse en la vida de uno. Reflejando en algún vidrio la belleza endemoniada de sus rayos. Y a pesar de que uno esta en la sombra, a pesar de esa cobarde situación, los rayos encuentran la manera de hacer irritar a nuestros ojos, para avisar su constante presencia. Como si hiciera falta..


En esa situación me encontraba yo, un día de la semana pasada. En una vereda de la Avenida Cabildo, buscando la manera mas efectiva de enfrentar al sol.
Ustedes pensaran ¿Por qué no se dedicó a seguir su camino y ya?, algo que sin dudas hubiera sido mas efectivo, huir, como todos lo hacemos en la batalla contra el sol. Soldado que huye.. en fin.
Pero no, no podía hacerlo. Estaba acompañado, en este caso mi novia, quien de manera un tanto inoportuna decidió ingresar a un local de ropa interior femenina al cual me negué a ingresar. Ella me miró, como sorprendiéndose por mi valentía de esperarla afuera, cara a cara con el sol. Pero no dijo nada. Ingreso al local, dejándome solo ante ese monstruo.

¿Qué piensa la gente cuando ve a un tipo parado al lado de un local de ropa interior femenina, haciendo extraños movimientos (producto de la imperceptible batalla), insultando a nadie visible, entre otras bizarras acciones?
Mas de uno me miró, como esperando que le de un volante, o le comente algo acerca de un boliche, o de una empresa de celulares. Pero no. Mi inmutable presencia, no lograba captar mas de 3 segundos de atención en esa gente.
En un momento, cansado de la batalla, me siento. Ahí, al lado del local, en la cobarde sombra. Empiezo a observar a la gente que deambula por ese sector del mundo, y con el correr de las personas empiezo a notar algo:
Todas las mujeres (Absolutamente todas, lo juro) entre aproximadamente 14 y 55 años, al pasar delante del local de ropa interior femenina, voltean su cabeza y le dedican un vistazo de 7 segundos como mínimo. No hay mujer en ese rango de edad, que no mire al local. Hay una especie de fascinación por la ropa interior, así como un hombre al ver pasar una mujer de manera automática se da vuelta para ver su parte trasera, la mujer al pasar por un local de ropa interior voltea la cabeza del mismo modo. Para así, poder seguir en paz su camino.
Que extraña coincidencia en el accionar. Incluso, es algo que puede definir con simpleza a la mujer y al hombre. Mismo accionar, en distinta situación. Uno fascinado por una parte del cuerpo de la otra, y la otra fascinada por una prenda que vestirá esa parte del cuerpo (entre otras).
Lo hace pensar a uno.

En eso pensaba yo, cuando por fin veo salir del local a mi novia. Yo creo que se alegro por verme sano y salvo a pesar de la cruel batalla que tuve que protagonizar. La verdad no se si se habrá alegrado...

Lo que si se es que me dijo: “Me compre una ropa interior que tiene bordados unos solcitos tiernísimos”.

Y es así.. uno trata de que estén felices, se ocupa de ellas, hace cosas que lo perjudican solo para contentarlas. Pero al final ellas terminan tranzando con el enemigo.

lunes, 15 de octubre de 2007

¿Quién mereció ganar?

En un partido, ¿Cómo se manifiesta el dominio de un equipo? ¿Hay algún método que logre identificar al equipo que “mereció” ganar?

Alejandro Fabbri, a la tabla del ping pong insiste en llamarla “la tabla de los merecimientos”, lo que parece indicar que el cree que el resultado del ping pong de un partido es fiel a los merecimientos de ganar el partido de cada equipo.
¿Tiene sentido creer tal cosa? A mi entender no. El ping pong es muy frío, no entiende de situaciones de partido, principalmente se olvida del gol: Un gol rompe el partido, el equipo que recibe el gol debe salir a buscar el empate, y el que hizo el gol tiende a replegarse. Eso más que hablar de merecimientos, habla de desesperación. Así, la tabla de ping pong premia al deficiente en la definición, y castiga al preciso en ella.
Si bien la cantidad de jugadas de gol es un elemento importante, el ping pong se olvida de temas como el dominio del balón, la calidad defensiva de un equipo, y sobre todas las cosas la calidad de la jugada de gol en cuestión (Un tiro de 30 metros fácilmente atrapado por el arquero, vale lo mismo que una jugada colectiva sensacional que finalizó con un mano a mano que pego en el palo).

Una parte del libro “Lo suficientemente loco” de Ariel Senosiain habla sobre el método que utiliza Bielsa para analizar esta cuestión:
“Cuando analiza por televisión un encuentro, lo divide en fragmentos de cinco minutos. En cada uno califica individualmente, marca situaciones de gol, extrae porcentaje de posesión. Dibuja las jugadas que le agradaron y así extrae el equipo que dominó”
Este método parece estar un poco mas cercano a la realidad que el ping pong. Porque analiza el partido completo, y no únicamente jugadas aisladas. Y también tiene en cuenta otras situaciones además de las “jugadas de gol”. Igualmente, también deja de lado al gol, y las consecuencias que este trae.

La conclusión a la que llego es que aun no hay un método efectivo para determinar que equipo dominó el partido, y es probable que este método no exista, porque el fútbol tiene situaciones imprevisibles, y todo método para ser efectivo necesita prever todas las variables existentes.
Y es una suerte que así sea, sino se acabaría toda discusión que vaya en esta dirección. Y creo que la ausencia de discusiones puramente futboleras no hace bien, porque da lugar a otro tipo de discusiones, que mezcladas con el fútbol me producen un marcado rechazo.

domingo, 14 de octubre de 2007

El mal de Olé

En tiempos de mundiales de deportes ajenos al fútbol, se hace evidente la falta de preparación que tienen la mayoría de los periodistas deportivos. Ya que, además de saber poco del “deporte del momento” (hoy el Rugby), dan opiniones sobre el mismo. Incluso algunos lo relacionan con el “deporte de siempre” (fútbol) formulando una opinión ciertamente ambigua y engañosa.

Creo que tiene que ver con lo que yo llamo “el mal de Olé”:
Periodistas que quieren sentirse cerca de la gente, y dejan de lado todo tipo de profesionalismo, para pasarse al lado del hincha. Señores que visten de traje, y opinan con el choripán chorreándoles grasa en la mano.
Yo puedo admitir que un hincha opine de manera apresurada, y denote una falta importante de información para poder sostener su pretencioso juicio. Lo que me resulta inadmisible, es que eso le ocurra a un periodista. Este, debe ser medido, fundamentado. Puede resultar una opinión mas aburrida por ser menos pretenciosa, pero un profesional no puede caer en otra cosa que no sea la búsqueda de la perfección, por mas aburrido que parezcan los medios para llegar a ella.

En estos tiempos de mundial de Rugby, he escuchado a muchos periodistas afirmar el siguiente juicio: “La selección Argentina de fútbol, tiene que jugar con el mismo sentimiento que lo hacen Los Pumas”.

Es una opinión de lo mas demagógica. Parece dar a entender que en el fútbol gana el que mas actitud ofrezca, el que mayor cantidad de litros de lagrimas produzca en el himno. Es utilizar la actual buena imagen que tiene el equipo Argentino de rugby, contra la mala imagen de la selección de fútbol, en pos de generar en la gente una adhesión instantánea a ese periodista.

¿Por qué esa necesidad constante de mezclar las cosas? El rugby es el rugby, y tiene sus códigos, su concepto de espectáculo, sus formas de juego. Y el fútbol tiene los suyos. El fútbol requiere mayor creatividad, el Rugby requiere una mayor dosis de agallas.
Tener que correr con la pelota cuando sabes que hay un gordo de 120 kilos que quiere evitar que sigas avanzando, sin dudas requiere mayor valentía que meter un pase entre miles de piernas rivales para habilitar a un delantero propio. Y esto último requiere mayor talento.

Pedirle a los jugadores de la selección Argentina de fútbol una actitud similar a la de los Pumas, es absurdo.
Yo no creo querer una selección que salga con esa adrenalina, con esa dosis de irracionalidad necesaria en un jugador de rugby, pero completamente absurda en uno de fútbol. Es probable que terminen todos expulsados de ser así. Cada deporte tiene sus cantidades de actitud y talento adecuadas: Por ahí el rugby requiere una dosis de talento similar a la dosis de actitud que requiere el fútbol, y viceversa.

Un partido que puede graficar esto, es el de Argentina-Chile de semifinales del mundial Sub 20. Por un lado, Chile que salio a jugar una guerra. Con amor propio, con garra, con una altísima dosis de actitud. Por el otro, Argentina que salio a jugar al fútbol, sin dejar de lado la actitud, pero sin exagerarla. Yo mas que pedir que la selección juegue como Los Pumas, pediría que juegue como jugo ese partido la selección Sub 20.

Seguramente algún periodista haya pedido lo mismo cuando el mundial Sub 20 era lo que estaba de moda...

El arbitraje actual

Hay diversas formas de afrontar una derrota: Aceptar que se perdió justamente, lamentar la injusticia futbolística del resultado, afrontarla positivamente (Boca-Newell’s del Apertura 2004, entre varios casos mas), sentirse perjudicado por el arbitro, entre otras.
En este torneo la manera de afrontar la derrota mas utilizada, es la cuarta. Culpar al arbitraje: ¿Por qué se da esta situación?

Realmente hay un poco de todo: Somos llorones por naturaleza, el arbitraje pasa por un momento bajo en calidad, no asumir responsabilidades es una cuestión muy Argentina. Estas 3 situaciones no tienen solución en el corto plazo. Así que, por ahora no tengo mas nada que decir sobre ellas. Pero hay una cuarta situación que si tiene solución, y es nada mas y nada menos que el reglamento del fútbol.

El reglamento colabora demasiado con hacer sentir a jugadores, técnicos e hinchas como robados, estafados y burlados por el arbitraje. Incluso cuando la sanción discutida es justa, queda esa sensación a injusticia. Un gran problema del reglamento es la diferencia de manejos entre una situación y otra. El libro preferido por Javier Castrilli es muy vago en algunos aspectos, y muy estricto en otros. Un jugador es amonestado si se saca la camiseta, pero si pega una patada entre fuerte y normal la amarilla es a criterio del arbitro. Y ahí, en los aspectos en donde el reglamento vaguea, es donde la injusticia aflora sin piedad en la susceptibilidad del perjudicado.

Otro ejemplo, mas visible ya que se vivió en esta fecha 11 es el tiempo de descuento. Existe un morbo con el tiempo de descuento, mas de 4 minutos es mucho. No importa como se haya dado el partido, el hincha que sea perjudicado con mas de 4 minutos como descuento va a sentirse estafado. Ese tema tiene solución. Y es parar el tiempo en determinadas situaciones. Cuando un jugador esta tirado y es atendido dentro del campo de juego, se para el juego, y en efecto debe pararse el tiempo. Esa medida permitiría por un lado evitar descontar mas de 4 minutos, y con eso dejar de hacer sentir injustamente estafado a los potenciales Rosario Central, y por el otro transformaría en improductiva toda táctica indeseable de hacer tiempo.

Viendo Fútbol Para Todos, escuche a Carlos Maglio (el árbitro con mayor sentido común del fútbol Argentino) responder al tema de la tecnología en el fútbol, y decía que para el, sería buena la incorporación de la tecnología, si esta es utilizada en jugadas puntuales, pedidas por el arbitro. Un arbitro puede dudar. En ese caso, antes de tener un porcentaje tan amplio para la injusticia en la decisión final, la tecnología (tampoco es demasiado tecnológico pasar la repetición de una jugada) puede achicar bastante ese porcentaje. Si Laverni hubiera visto la repetición de la jugada del penal que cobro de manera tan poco decidida, seguramente no lo hubiese dado.

El reglamento vaguea en varias situaciones mas. Pero estas situaciones siempre son mas visibles cuando ocurren. Hay que aprender de los errores, buscar la mayor claridad posible, y así alejarse de todo detonante a la injusticia.

Que el arbitro no puede impartir justicia, si el libro en el cual se ampara no propicia dicho valor.

Sobre la selección

Antes de que empiece la Copa América de Venezuela, mi opinión con respecto a la forma en que queria que jugara la Selección Argentina era: Potenciar a Messi lo mas posible. Esa opinión se fundamentaba viendo los videos de todos los jugadores Argentinos (de mitad de cancha hacia delante), ya que luego de ver los videos quedaba (y sigue quedando) en claro que Messi era (y es) el jugador que mas daño puede hacerle al rival del pais. Entonces pedia una selección con gente afín a Messi. Como pueden ser Aimar, Tevez (el Tevez que jugo el mundial) y Saviola. (Les recomiendo los siguientes videos:
http://www.youtube.com/watch?v=7SCNx5dfcyw
http://www.youtube.com/watch?v=itn9HhjBXNk&mode=related&search Minuto 7:40 )

Sin embargo, debo decir que cometí la acción preferida por la gente de TVR, cambie de opinión. Argentina no debe construir su juego en base a un jugador. Por mas que este sea un crack. Argentina debe tener en claro a que jugar. Debe terminar de tramitar su DNI futbolero. Que la totalidad de las partes sea lo esencial, y que la calidad que puedan entregar por separado las partes sea algo auxiliar (no secundario). Y no al reves. Tal vez con esto, se le quite la posibilidad de realizar ciertas acciones (buenas incluso) a jugadores como Messi. Pero un buen equipo necesita de cierta resignación de acciones individuales que escapan a la función que el equipo necesita de ese individuo.

Como dijo alguna vez Bielsa: “Un equipo es ante todo, el respeto por cuatro o cinco ideas básicas que deben servir para conducirlo. Después hay que buscar la coincidencia colectiva. Y luego trabajar para que los jugadores incorporen esas ideas”

Luego de pensar esto, me surge la siguiente pregunta: ¿Cuál debe ser la principal función de un entrenador?
El Loco Bielsa alguna vez dijo:
“Un buen entrenador debe acercar a sus jugadores a su máximo potencial, o descubrirlo. Esa es su principal función, y la que debe ocuparlo todos los días en su trabajo cotidiano”.
Yo no comparto ese concepto, si la frase viene dada sin aclarar que el paso previo a esa función es consolidar una identidad de juego. Un entrenador primero debe tener en claro a que quiere que juegue el equipo. Y despues si, la principal función es llevar al maximo potencial a la individualidad, siempre guiado por la totalidad.

Basile debera dar el primer paso, antes de pretender dar el segundo. Argentina no tiene claro a que juega (como si lo tenian su Boca, y su Colon) aun. A mi entender si Basile empieza a imponer su idea por encima de su enamoramiento por la junta de nombres propios, Argentina puede llegar a entregar un futbol muy vistoso y productivo.